Vuelos no tripulados de bajo coste documentan el patrimonio

Investigadores de la Escuela Politécnica Superior de Ávila (Universidad de Salamanca) y otras instituciones están probando la efectividad de los vuelos de bajo coste no tripulados (UAV, por sus siglas en inglés: unmanned aerial vehicle) para documentar el patrimonio. Las cámaras y sensores que incorporan estas naves resultan de gran utilidad en los estudios arqueológicos.

Investigadores de Ávila prueban los nuevos sistemas para tomar fotografías aéreas e integrarlos en herramientas SIG.
UAV Microdrones en el yacimiento de Segeda (Zaragoza). Imagen: J. J. Zancajo/DiCYT.

Para realizar trabajos de cartografía y de topografía es habitual el uso de aviones tripulados, pero los pequeños UAV -más próximos al aeromodelismo permiten su manejo con un mando a distancia y transportar los equipos necesarios para tomar imágenes precisas. También resultan útiles para desarrollar Sistemas de Información Geográfica (SIG) que almacenan digitalmente todos los datos, de manera que quedan disponibles vía web para diversos usos.

Ahora investigadores de la Universidad de Salamanca (USAL), la Unirversidad Politécnica de Madrid (UPM), el Instituto Geográfico Nacional (IGN) y el INTA ensayan con estos nuevos instrumentos de vuelo para lograr buenas imágenes, de manera que el resultado final cumpla con las normas estandarizadas.

Los investigadores trabajan con diversos métodos y tecnologías, como el escáner láser en 3D y, junto a la aportación de los UAV, quieren buscar la manera de “homogeneizar toda esta información geográfica”, explica José Julio Zancajo Jimeno, investigador del Departamento de Ingeniería Cartográfica y del Terreno de la Escuela Politécnica Superior de Ávila.

Además, estos vuelos de bajo coste resultan muy adecuados para realizar levantamientos de edificios, lo cual puede ser útil para restauraciones del patrimonio. Por ejemplo, se pueden realizar tomas del tejado de una ermita. Al volar más bajo que los aviones, captan más detalles. “Aunque en teoría pueden llegar a volar a 500 metros de altura, estamos haciendo pruebas sobre los 100 con una cámara que estamos calibrando para usarla en fotogrametría”, explica, para obtener las propiedades geométricas y espaciales de objetos sobre el terreno.

“El trabajo más importante es determinar cómo manejar toda la información y gestionarla en un SIG”, indica el científico. El proyecto quiere integrar los nuevos elementos en la cartografía general de una zona, de manera que los diversos modelos digitales sean compatibles. Esta información es especialmente valiosa en el caso de los yacimientos arqueológicos, pero también para actividades administrativas o para el turismo. Los yacimientos de Segeda (Zaragoza), Conimbriga (Portugal) o los castros de Ávila son algunos de los escenarios de trabajo del equipo científico.

Para realizar las pruebas, los investigadores cuentan con el UAV Microdrones, de fabricación alemana, pero el mercado evoluciona rápido y muy cerca se está desarrollando un interesante prototipo: el ‘aracnocóptero’ de la empresa Arbórea de Salamanca. En este proyecto participan Jose Julio Zancajo, Francisco Javier González, Teresa Mostaza y Manuel Pérez de la USAL, así como Mercedes Farjas (UPM), Juan Carlos Ojeda (IGN) y Juan Gregorio Rejas (INTA).

Fuente: DiCYT
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