La bacteria Pseudomonas savastanoi es la responsable de los tumores en los olivos. El grupo de investigación de Cayo Ramos Rodríguez ha descifrado el código genético de esta bacteria que induce esos nudos tumorales. Este avance permitirá en un futuro, encontrar una cura para los olivos afectados por esta enfermedad mediante el diseño de estrategias de silenciamiento genético así como impidiendo la comunicación entre estas bacterias. Este estudio ha permitido al primer Consorcio de grupos de investigación españoles realizar la primera secuenciación del genoma completo de una bacteria que ataca a las plantas.
Cayo Ramos Rodríguez, profesor titular del Área de Genética de la Facultad de Ciencias, en Málaga, ha hablado en la Estacion Experimental del Zaidín (EEZ-CSIC), sobre la bacteria Pseudomonas savastanoi que induce la formación de tumores (nudos) en troncos y ramas de olivo tras su entrada a través de heridas.
Este grupo de investigación ha descubierto el modo en que esta bacteria es capaz de atacar al olivo provocándole la enfermedad de la tuberculosis. Esta enfermedad se caracteriza por la aparición de agallas, nudos o verrugas, como comúnmente se denominan los bultos que surgen en los troncos de los olivos. Este crecimiento anómalo causado por esta bacteria es en definitiva un tumor, para el que hasta ahora se estaban aplicando compuestos que contienen cobre. Dada la toxicidad de dichos compuestos, actualmente la Unión Europea está intentando evitar la aplicación de los mismos.
Hoy en día, la aplicación de estos compuestos que contienen cobre es la única medida de lucha frente a esta enfermedad que ataca al cultivo del olivar. Por tanto, es necesario establecer medidas alternativas para luchar contra esta enfermedad que en definitiva provoca el debilitamiento y secado de muchas ramas atacadas, incluso del propio árbol. Los olivos atacados producen frutos de muy mala calidad, poca cosecha y con frecuencia la oliva cae al suelo por falta de nutrición. Además, los aceites obtenidos son de poco rendimiento y con sabores extraños.
“Ante esta situación, en la que no existen otras de medidas de lucha contra la tuberculosis del olivo, es prioritario conocer como ataca la bacteria Pseudomonas savastanoi para poder diseñar modos de control de la enfermedad.”
A la búsqueda de soluciones
Una de los primeros pasos que emprendió este grupo de investigación fue el establecimiento del modo de vida de la bacteria dentro del olivo, de que manera actúa sobre el tejido que está invadiendo. Para ello realizaron una secuenciación del genoma entero de esta bacteria, posteriormente llevaron a cabo un análisis bioinformática del contenido génico gracias a la colaboración de la Universidad de Madison.
Con los datos que han obtenido, han podido determinar que genes de esta bacteria están implicados en la formación del tumor. En concreto, han visto que hasta ahora hay 75 genes que son muy importantes para que esta bacteria pueda desarrollar el tumor. Si estos genes sufren algún tipo de alteración, la bacteria no es capaz de invadir los tejidos y por tanto, no se desarrolla el tumor.
Para afinar más aún este estudio, el grupo de Cayo Ramos está infectando olivos con mutantes de esta bacteria a los que se les ha modificado cada uno de los genes que hasta ahora han identificado como implicados en el desarrollo de tumores y han observado como responden estos olivos. Así, estos investigadores podrán determinar que importancia tiene cada uno de estos genes en el proceso de desarrollo de la tuberculosis del olivo.
Este estudio abre nuevas vías para diseñar estrategias que impidan que los genes de esta bacteria se expresen desarrollando la enfermedad, conocidas como técnicas de silenciamiento genético, o incluso impedir la comunicación entre las bacterias ya que si las bacterias no pueden comunicarse entre sí, no proliferará la infección en los tejidos que invaden.
Este estudio ha permitido al primer consorcio de grupos de investigación españoles realizar la primera secuenciación del genoma completo de una bacteria que ataca a las plantas. Este Consorcio está formado por la Universidad Politécnica de Madrid, la Universidad Pública de Navarra, el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias y la Universidad de Málaga, en colaboración con la Universidad de Madison.