La publicación de las notas de corte de las carreras universitarias de este año ha traído sorpresas: la más alta ya no es Medicina, sino los dobles grados que incluyen Matemáticas. En la Comunidad de Madrid, la titulación de Matemáticas y Física de la Universidad Complutense encabeza la lista con un 13,04 (sobre 14), y en la Universidad de Sevilla ha alcanzado 12,82, también la nota más elevada de la institución. Por su parte, el doble grado en Ingeniería Informática y Matemáticas de la Universidad Autónoma de Madrid ha requerido un 9,7. Parece que las ciencias, pese a su fama de ‘duras’, son cada vez más demandadas por los universitarios.
“Es muy frecuente encontrarse con estudiantes de bachillerato a los que les gusta tanto la física como las matemáticas. Muchos de ellos tienen que decantarse por una de esas dos opciones cuando tienen que entrar en la universidad e incluso algunos optan por simultanear los dos estudios de forma separada. La idea del doble grado es proporcionar esta posibilidad de forma más cómoda”, explica Marco Castrillón, vicedecano de la Universidad Complutense de Madrid (UCM).
Parece que su planteamiento es correcto, ya que, efectivamente, esta oferta de la Universidad Complutense de Madrid ha sido la que ha quedado con la nota de corte más alta de la Comunidad de Madrid: un 13,04 sobre 14.
“A nivel más académico, el doble grado de Matemáticas y Física ofrece una atractiva mezcla de rigor, abstracción y estrategias de resolución de problemas por una parte, junto con la modelización de fenómenos de la naturaleza y el intento de dar explicaciones a los mismos. Es una mezcla maravillosa, ¿no?”, afirma convencido Castrillón.
Pero las matemáticas no solo combinan con física, también con informática. En la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) el doble grado en Ingeniería Informática y Matemáticas, de la Escuela Politécnica Superior junto a la Facultad de Ciencias, ha tenido una nota de corte de 9,73.
En este caso, los motivos que parecen llevar a esta doble titulación son otros. “Es un paso más allá de los estudios tradicionales de ciencias”, asegura Jesús García Azorero, delegado de Matemáticas de la Facultad de Ciencias de la UAM. “Recibimos estudiantes con afición por las matemáticas, pero que también se sienten atraídos por el mundo de las aplicaciones y los desarrollos informáticos”, continúa.
La mayoría de las asignaturas de matemáticas se cursan junto a estudiantes del grado en matemáticas, y de la misma manera sucede con las asignaturas de la otra carrera, todo ello con pruebas y exámenes comunes con los estudiantes de cada rama. “Así se garantiza que la formación de los alumnos del doble grado es totalmente homologable a la de sus compañeros, tanto en los contenidos teóricos como en los aspectos prácticos”, dice García Azorero.
Solo unos pocos seleccionados
Otra de las claves es que se trata de grupos reducidos. En la UCM de ofrecen 25 plazas, y se mantiene un número similar en dobles grados de carácter científico en toda España. En la UAM para el curso próximo, en estos momentos hay 39 alumnos preinscritos.
“El doble grado es una titulación muy exigente que indudablemente requiere un gran esfuerzo por parte del alumno, por lo que no es razonable plantearlo como una opción mayoritaria”, afirma García Azorero.
Mientras tanto, los grados de ciencias parece que también aumentan. “En la UAM la aspiración mayoritaria de nuestros estudiantes el dedicarse a la ciencia. En mejores épocas económicas ha habido promociones de algunas licenciaturas en las que más del 50% de los alumnos comenzaban estudios de doctorado”, asegura José Mª Carrascosa, decano de la Facultad de Ciencias de la UAM.
El futuro profesional que ofrecen estas carreras parece tener un papel fundamental en este fenómeno. “Los alumnos que completan el doble grado tienen un perfil muy flexible y altamente apreciado en el mercado laboral. Por un lado, son expertos técnicos en informática, con el aporte extra de una sólida formación matemática; pero también son matemáticos altamente familiarizados con el mundo de las nuevas tecnologías”, asegura García Azorero.
Y los matemáticos, aunque mucha gente no sepa exactamente en qué trabajan, la verdad es que no tienen muchas dificultades para hacerlo. Hace años, antes de entrar en las alarmantes cifras de desempleo actuales, se solía decir que la Carrera de Matemáticas tenía paro cero. Ahora seguramente ya no sea así, pero en general, las previsiones laborales hablan de una creciente necesidad de matemáticos.
“Parece que está llegando, tanto a los estudiantes, como a las empresas, la idea de que un titulado en ciencias aporta un perfil de alta calidad”, reflexiona Castrillón. En Matemáticas de la UCM aumenta el número de ingresos en los últimos años, aunque, “con la inestabilidad de la situación económica actual, es difícil señalar las tendencias claras que estamos viviendo”.
Por su parte, en la UAM la situación es parecida: la Facultad de Ciencias llena su cupo en el mes de junio en todos los grados y el número de matriculados se sitúa ligeramente por encima de la oferta de admisión.
Las notas de corte han ido ascendiendo con los años y en la matrícula para el curso entrante se han mejorado todas las notas de corte respecto al curso anterior. Parece que la falta de vocaciones científicas, al menos en el primer nivel universitario, va mejorando cada año.