Diapente XXI es un grupo de investigación interuniversitario que se dedica al estudio de la música española e hispanoamericana del siglo XX. El origen de esta línea de investigación, el nombre del grupo, los objetivos de nuestros proyectos y la mención de quienes lo integran es el objetivo de las siguientes líneas.
Un poco de historia
Cuando en 1984 presentamos nuestra tesis sobre las vanguardias musicales en España, dirigida por el profesor Casares, estábamos poniendo las bases para lo que hoy es una sólida línea de investigación en la Universidad de Oviedo. No era frecuente entonces que la musicología se dedicase a estudiar las músicas de nuestra época. Eran tiempos en los que, como gustan de decir, no sin gracia e ingenuidad, los jóvenes leones de la actual musicología hispánica, lo único admitido era la musicología “forense”.
Hoy en día, un cuarto de siglo después de aquellos difíciles comienzos, podemos asegurar que la investigación sobre música contemporánea en la Universidad de Oviedo goza de muy buena salud y de absoluta normalidad. De hecho, Oviedo es un referente indiscutible en este campo, con un buen número de investigadores dedicados al mismo desde distintas perspectivas y adscritos a distintos proyectos, capaces de atraer alumnos de la mayor parte de las tierras de España.
El nombre y los objetivos
Diapente significa literalmente “a través de cinco” y alude a la denominación del intervalo de quinta en la teoría musical griega. Cuando la Universidad abrió un registro de grupos de investigación, nuestro proyecto (2003-2005) estaba firmado precisamente por cinco profesores, de forma que el nombre, además de eufónico, nos venía muy bien. Esa unión entre un concepto de la época de Pitágoras y el siglo XXI (Diapente XXI) nos pareció que expresaba perfectamente nuestro interés en una musicología viva, atenta a lo próximo, pero enraizada en la reflexión teórica y en la convicción de que, como en casi todo, aquí no cabe la tabla rasa.
Los proyectos de investigación que hemos venido obteniendo y realizando en los últimos años han conseguido una financiación razonable en convocatorias competitivas de ámbito nacional. En los informes de concesión se valora la veteranía, rigor y cohesión del grupo.
Nuestros proyectos proponen el acercamiento al patrimonio musical español del siglo XX (de la guerra civil a finales de siglo) desde una perspectiva metodológica novedosa, que responde a la necesidad de la musicología de abrirse a los recientes avances de la teoría de la cultura, la semiología social, la sociología y la antropología cultural. De ese modo, se analizará el acontecer de la música española en tanto hecho artístico, práctica social, forma de comunicación y capital cultural. Se incide, de forma especial, en la relación entre los grupos de poder y las construcciones identitarias a través de la música. Por esta razón, consideramos fundamental estudiar el papel de España como difusora y receptora de cultura musical en su diálogo con Hispanoamérica.
Las personas
De los cinco integrantes fundadores de Diapente XXI en 2003 hemos pasado a cerca de veinte en el proyecto para el 2010-2012. En su formación actual destacamos a tres investigadores de la Complutense: Javier Suárez Pajares, prestigioso experto en las décadas centrales del siglo XX, particularmente en torno a la figura del maestro Joaquín Rodrigo; Julio Arce, gran conocedor de los medios radiofónicos de ese mismo período, y Belén Pérez Castillo, atenta a las décadas finales de la centuria y a las músicas más experimentales, con especial dedicación a los nuevos tratamientos de la voz humana. Por lo dicho sobre nuestro interés en Hispanoamérica contamos con cinco investigadores capaces de aportar muchas novedades en este terreno. En primer lugar, los argentinos Julio Ogas y Marcela González, profesores en nuestra universidad, muy buenos analistas de los cruces culturales entre España y América; y, por otro lado, Marita Fornaro, etnomusicóloga de la Universidad de la República (Uruguay), investigadora de reconocido prestigio internacional; Juan Pablo González, de la Universidad Católica de Chile, cualificado experto en músicas populares urbanas; y Miviam Ruiz, vinculada al Instituto Superior de Arte (Cuba). Paloma Otaola, autora de importantes trabajos sobre Esplá y su época, proviene de la Universidad de Lyon. Y, de vuelta a su lugar de origen en Oviedo, desde la Universidad de Alicante, Eduardo Viñuela, experto en música y lenguajes audiovisuales. Queda por citar a Celsa Alonso quien, tras su deslumbrante libro sobre la canción española del siglo XIX, ha extendido su rigurosa mirada a las músicas populares urbanas del siglo XX.
Los becarios vinculados a los proyectos son un punto fuerte del equipo. De hecho, suele ser reconocida explícitamente la “capacidad formativa” del Grupo en todos los informes recibidos. Alguno ya han leíd su tesis o ha encontrado alguna alternativa laboral que lo ha desvinculado formalmente del proyecto, pero sus nombres han de ser citados con todo derecho junto a los nuevos ingresos. Nos referimos a Ana Pozo, Iván Román, Laura Miranda, Eduardo García Salueña, Mari Carmen Vidal, Mirian Mancheño, Begoña Velasco, Diana Díaz y Daniel Moro, procedentes de convocatorias nacionales o regionales de la máxima categoría académica.
Quien suscribe quiere hacer constar un único mérito: el de haber merecido la confianza de todos los anteriores para encabezar el proyecto en marcha y los que ya se han realizado a entera satisfacción de los organismos patrocinadores.
Un último detalle: las relaciones con otros grupos e instituciones nacionales e internacionales han alcanzado gran relevancia y el número creciente de tesis con mención europea europea no es ajeno a estos lazos, lo mismo que la alta presencia en congresos y publicaciones internacionales de un Grupo de Investigación al que podemos considerar plenamente consolidado en el panorama musicológico.