Pongamos por caso que un paciente acude a su médico de cabecera. Este no está seguro de lo que le ocurre, y anota en su ordenador los datos, el historial y los síntomas del paciente. Tras responder algunas preguntas, la pantalla muestra que puede tener tal enfermedad, que tiene tal tratamiento y que debe acudir a tal especialista. Hoy en día esto es una utopía, pero el grupo de investigación Erabaki trata de convertirla en realidad. Lo forman nueve investigadores de la Facultad de Informática de la UPV/EHU y cuatro galenos de los Hospitales de Cruces, Donostia y Basurto. Se requieren profesionales de ambas disciplinas para lograr su objetivo: democratizar el conocimiento de las guías clínicas.
Una guía clínica es un documento que indica las pautas para tratar una enfermedad. Juan Manuel Pikatza, jefe del grupo, explica que el conocimiento que contienen las guías es de gran calidad: “El problema es que normalmente se transmite en papel, ¿y cómo van a leer todas las guías aquellos profesionales que están al final de la cadena y que no son especialistas (los médicos de familia)? No tienen ni tiempo ni capacidad para asimilar todo esto”. Así pues, en Erabaki han creado una plataforma tecnológica para simplificar el conocimiento y no perderlo: “Debemos conseguir que las mejores prácticas de las guías clínicas se ejecuten en un ordenador, y que el proceso sea rápido”.
Un editor para facilitar la comprensión
Lo primero es que los informáticos y los médicos especialistas que participan como proveedores de contenido de la plataforma se entiendan. Es decir, que a la hora de insertar guías clínicas en el programa, los informáticos asimilen todo los que los especialistas quieren transmitir. Para ello, la plataforma contiene un editor: “El especialista puede introducir lo que desee, con ayuda de gráficos y fácilmente, sin necesidad de hacer ningún curso”. Esta herramienta contiene también la terminología médica unificada (UMLS); casi dos millones de conceptos, con todas sus definiciones estándar. Las tablas de decisión son también imprescindibles, ya que enlazan los factores y las enfermedades: “Introduciendo toda esta información, podemos crear un diagnóstico-tratamiento de alto nivel”.
Si se consiguiera que las guías informatizadas fueran ejecutables en un servidor, el usuario recibiría recomendaciones por cada enfermedad, así como gráficos sobre los procesos de diagnóstico y tratamiento. Le aparecerían en la pantalla datos como: “La información sobre la guía correspondiente, la bibliografía, los datos sobre los medicamentos, la terminología y la evidencia científica (hasta qué punto está comprobado que lo recomendado es lo más adecuado)”.
Médicos estudian las guías sobre el asma
Hasta ahora, el grupo Erabaki ha informatizado una guía sobre la hiperamonemia y dos sobre el asma; están ejecutables en www.e-guidesmed.ehu.es. Las aplicaciones sobre el asma son las que más avanzadas están: “Se están utilizando en un estudio clínico. Tenemos a cuatro médicos en Gipuzkoa y a otros tantos en Bizkaia con pacientes asmáticos, y se está estudiando la evolución de 80 pacientes. Queremos ver qué dicen los médicos, sobre todo los de ambulatorio”.
Crear la empresa iKude Telemed es otro de los pasos que ha dado este grupo de la UPV/EHU para convertir esta utopía en realidad. “Ahora estamos transfiriendo tecnología a la empresa. El difundir las buenas prácticas tiene muchos ámbitos de aplicación. Además de canalizar servicios de calidad, se trata de un mercado sin competencia. Creo que ahora se puede dar el paso. De todas maneras, primero debemos informatizar las guías de algunas enfermedades, y ver los resultados. Todo esto es algo que se debe hacer, hay unanimidad al respecto en la comunidad científica”, explica Pikatza.
Un gran salto cualitativo
Recalca que ahora sí se puede hacer, porque la tecnología de Erabaki es puntera y fácil de usar. Ya lo habían intentado anteriormente con otros recursos, pero no consiguieron llevarlo a cabo en el ámbito de la salud; lo mismo ha pasado con otros intentos de este tipo realizados en el mundo. Pikatza cree que esta nueva iniciativa, en cambio, sí podría tener buena acogida: “Hay un gran salto cualitativo. La tecnología que tenemos ahora está muy automatizada, y creo que debería tener alguna oportunidad. Al menos, los médicos nos han dicho que para ellos supone un gran avance”. Además, puede ser útil no solo para los médicos de cabecera, sino para los estudiantes que están cursando la especialidad (MIR). O para enfermos crónicos; por ejemplo, para los diabéticos, para que ellos mismos sean capaces de controlar el tratamiento que necesitan en cada momento.
Implementar una plataforma de este tipo requiere del esfuerzo de todos: “Esto no corresponde solo a los informáticos; los médicos deben participar. Están ocupados, pero debemos organizarnos”. Y es que cambiar la manera de trabajar cuesta pero merece la pena: “Al transmitir este conocimiento, se abriría un gran abanico de posibilidades; incluso en cuanto a reducción de costes”.