Normalmente pensamos que el esperma está formado por pequeñas células activas que nadan gracias a los rápidos movimientos de su cola o flagelos. Ahora, un nuevo estudio muestra que la motilidad de los espermatozoides es, en realidad, de corta duración. La investigación, publicada en la revista Cell, indica que estas células deben mantenerse tranquilas en el tracto reproductor masculino, para que no se agoten antes de tiempo y tengan que renunciar a cualquier posibilidad de fecundar un óvulo. Los autores, de la Universidad de California, San Francisco, sostienen que este trabajo ofrece nuevas formas de controlar la fertilidad masculina al poder otorgar a los espermatozoides el impulso adicional que necesitan.