Una spin-off almeriense ha creado un biofertilizante, "especialmente indicado para cultivos de agricultura intensiva, a partir de la mezcla de la microalga Spirulina, agua y enzimas. Dicha mezcla se calienta y, al alcanzar una determinada temperatura, las microalgas se rompen y liberan los aminoácidos. Cuando se suministra este abono sobre los cultivos, le ahorramos a la planta el trabajo de crear aminoácidos, siendo su crecimiento mucho más rápido”, explican desde la EBT Biolagal. En la imagen, cultivo de la microalga utilizada.