Un estudio del cerebro de las personas que mantienen las facultades mentales intactas a partir de los 80 años pone en tela de juicio anteriores investigaciones. Los hallazgos, hechos públicos en la 23ª reunión nacional de la Sociedad Química Americana, muestran que los cambios vinculados a la decadencia del cerebro y al alzhéimer no son una parte normal e inevitable del envejecimiento.