Un grupo de físicos de la Universidad de Oxford (Reino Unido) ha logrado un entrelazamiento cuántico entre dos diamantes obligándoles a ‘compartir’ un fotón mediante un complejo sistema de láseres y detectores. Los resultados del estudio, que esta semana publica Science, podrían influir en las aplicaciones de la informática cuántica del futuro.
Este logro demuestra que este entrelazamiento no solo ocurre a nivel microscópico, sino también en cuerpos más grandes perceptibles a simple vista. Lo curioso del entrelazamiento cuántico, que Einstein definió en los años 30 como "acción fantasmal a distancia”, es que los objetos se pueden separar, pero aunque estén alejados si algo afecta a un objeto también influye en el otro.