Una investigación liderada por Kurt Konhauser, de la Universidad de Alberta (Canadá) sugiere en Nature que el incremento progresivo de oxígeno atmosférico hace unos 2.400 millones de años, también conocido como Gran Evento de Oxidación, estuvo precedido por una falta de níquel que privó de alimento a los microorganismos productores de metano.
Estudios previos apuntan a que el incremento del nivel global de oxígeno fue provocado por un declive en los niveles atmosféricos de metano; qué motivó este declive es algo que todavía no está claro. Para el equipo de Konhauser, que estudió el declive en los niveles de níquel con respecto al hierro en rocas de 2.700 millones de años de edad, el declive puede explicarse por una reducción del flujo de níquel a los océanos, consecuencia del enfriamiento de las temperaturas del manto superior y del descenso de la erupción de rocas ultramáficas ricas en níquel. Dada la dependencia del níquel de los microorganismos productores de metano, esta escasez podría haber tenido repercusiones en los niveles de metano.