Sobre la mesa de necropsias, un delfín, varado en la isla de Fuerteventura y en un estado avanzado de descomposición, yace muerto sin cabeza, ni parte de su aleta dorsal, ni órganos, con la piel despellejada. Los futuros veterinarios llevan horas diseccionando el cadáver bajo la supervisión de Antonio J. Fernández Rodríguez, director del Instituto Universitario de Sanidad Animal (IUSA) de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), y uno de los mayores expertos del mundo en varamientos. Unas horas más tarde ya pueden confirmar la causa de la muerte: interacción con artes de pesca.