Seguramente la Unión Soviética no era el entorno ideal para la industria cultural en la década de los ochenta. Pero fue precisamente ahí donde nació –hoy hace 30 años– el Tetris, uno de los videojuegos más famosos de la historia. Vio la luz de la mano del programador moscovita Alexei Pazhitnov, que lo hizo funcionar en un Electronika 60, un ordenador soviético de la época.
El juego comenzó a popularizarse rápidamente en los círculos informáticos de Moscú. Pazhitnov tenía entonces 28 años y nunca imaginó que aquel pequeño entretenimiento iba a convertirse en un verdadero fenómeno de masas.
A través de Hungría, el Tetris llegó a Occidente y a partir de ahí, su ascenso fue imparable. Las versiones para distintas plataformas se multiplicaron y su compra por parte de Nintendo para la Game Boy –una de las consolas más vendidas del mundo– acabó por meter la afición por encajar las piezas ortogonales en casi todos los hogares del mundo. La fiebre parece lejos de bajar, ya que se han vendido más de 425 millones de descargas para teléfonos móviles.