Un equipo internacional de investigadores, liderado por Renate Matzke-Karasz, de la Universidad Ludwig Maximilians (Munich), ha estudiado un curioso fenómeno: el uso de esperma gigante por parte de determinadas especies. Matzke-Karasz y su equipo estudiaron los ostrácodos, una antigua clase de artrópodos de hace unos 100 millones de años cuyo esperma era a veces más grande que sus propios cuerpos. El equipo empleó una muestra de tejido conservado y la holotomografía, una técnica de toma de imágenes para poder estudiar los órganos reproductores de una especie extinta de ostrácodo y compararlos con los de una viva. Los investigadores concluyen que el uso de esperma gigante es una estrategia evolutiva que ha persistido durante largos periodos de tiempo. Sus resultados se publican en Science.