Un estudio realizado en más de 18.000 niños adoptados concluye que el riesgo de consumir drogas está influido por la genética. Los resultados mostraron que el riesgo es casi el doble en los niños adoptados cuyos padres biológicos, al menos uno de ellos, consumieron drogas con respecto a los que no (8,6 frente a 4,5%).