Los neandertales sufrieron tumores en los huesos como los que padecemos en la actualidad. Así lo confirma un estudio publicado en la revista PLOS ONE, basado en el hallazgo en Croacia de una costilla de neandertal que conservaba evidencias de la displasia fibrosa más antigua hasta la fecha, una tumoración benigna que a veces se acompaña de deformaciones en los huesos.