Los expertos relacionan el gran tamaño de los fósiles hallados con el gigantismo polar observado en distintos grupos de invertebrados, ya que durante el Ordovícico (segundo periodo de la era Paleozoica, que comenzó hace unos 488 millones de años y terminó hace unos 443) los territorios ibéricos se ubicaban muy cerca de lo que entonces era el polo Sur (el actual Sáhara) y formaban parte de la plataforma marina que circundaba el desaparecido continente de Gondwana.
“Las claves para la formación del yacimiento”, explica el investigador del CSIC Juan Carlos Gutiérrez Marco, “son las circunstancias ambientales locales, desarrolladas en un pequeño sector de la plataforma marina, en donde se formó una cubeta a salvo de corrientes, que retuvo aguas frías y estancadas pobres en oxígeno”. La fluctuación episódica de los niveles de oxígeno, cerca del fondo marino, asfixió y conservó in situ los cadáveres de muchos trilobites, sorprendidos por la muerte cuando se juntaban para mudar y reproducirse o cuando se protegían de los depredadores.