La antigua civilización maya utilizaba una arcilla poco frecuente llamada palygorskita para fabricar un pigmento, el azul maya. Combinando métodos estructurales, morfológicos y geoquímicos, investigadores españoles han descrito las características comunes a las palygorskitas de la península mexicana del Yucatán. Los resultados permitirán saber de dónde se obtienían los materiales para fabricar el pigmento que resiste al tiempo y a las agresiones químicas y medioambientales.