Hasta ahora se creía que la miopía nocturna mermaba la agudeza visual en un 15%, que se producía una miopía de 1,5 dioptrías –una cifra muy significativa– y que era el posible detonante de muchos accidentes de tráfico.
El equipo de Pablo Artal, del Laboratorio de Óptica de la Universidad de Murcia (LOUM) ha probado que estos valores no corresponden con la realidad. “Clínicamente, se pueden producir síntomas visuales por desenfoques tan pequeños como 0,5 dioptrías, pero estos solo se superan en la miopía nocturna en condiciones inusualmente bajas de luminosidad”, afirman.
En su laboratorio desarrollaron un dispositivo experimental basado en la óptica adaptativa, una técnica de la astronomía que elimina el efecto de turbulencia atmosférica en los telescopios. Con este instrumento de luz infrarroja, midieron el nivel de miopía inducida por la oscuridad en el ojo en diferentes condiciones ópticas.