Los videojuegos acaparan estos días el interés no sólo de jugadores y medios de comunicación, sino también de numerosos estudios científicos. Sin ir más lejos, estas últimas semanas han aparecido varios estudios dedicados a este tema.
Patrick Kirkeegard, de la Universidad de Essex (Reino Unido), ha publicado un estudio en la Internacional Journal of Liability and Scientific Enquiry en el que desmonta muchos de los prejuicios asociados a los videojuegos y su relación con la violencia. Kirkegaard reconoce que muchos videojuegos tienen un alto contenido violento, con asesinatos, agresiones y sexismo. Pero esto no significa que esté científicamente probado que los videojuegos provoquen un comportamiento agresivo y violento. Kierkegaard, que ha revisado los estudios realizados al respecto, dice que no hay un vínculo obvio ni directo y que incluso se podría afirmar que contribuyen justamente a lo contrario, ya que los delitos violentos desde 1990 han descendido de forma significativa. “Con las ventas millonarias que tienen los juegos violentos, el mundo debería estar inmerso en una epidemia de violencia, cuando en realidad ésta ha descendido”.
Otro estudio, realizado en la Universidad Penn State (Pennsilvania, EE UU), afirma que los videojuegos dinámicos y positivos pueden ayudar a aumentar la creatividad de los jugadores. Un profesor y una doctoranda realizaron investigaron el valor de los videojuegos en la educación y concluyen que, además de un entretenimiento, éstos pueden ser una herramienta para mejorar el aprendizaje y la toma de decisiones.
Quien también considera que los videojuegos pueden ser una herramienta de aprendizaje es la Federación de Científicos Americanos, que ha lanzado ‘Inmune Attack TM’, un videojuego que enseña cómo funciona el sistema inmunológico y sirve como herramienta educativa en el aula.