Las series de espejos que concentran la radiación solar sirven para generar electricidad, pero esta energía también se podría utilizar para sintetizar combustibles o “syngas” (gas de síntesis) a partir de agua y dióxido de carbono. Así lo plantean esta semana en la revista Science los investigadores Martín Roeb y Hans Müller-Steinhagen del Deutsches Zentrum für Luft-und Raumfahrt de Alemania.
La producción de gas de síntesis, que procede de la división directa de agua y dióxido de carbono, requiere temperaturas de operación por encima de 2.000 º C. La tecnología para lograrlo, usando el calor de la luz solar, se ha probado recientemente en un reactor de la central solar termoeléctrica PS10 en Sanlúcar la Mayor, cerca de Sevilla.