A dos días de la culminación de la cumbre de Copenhague, las Naciones Unidas han prohibido el acceso de las organizaciones sociales y ONGs, que temen que la conferencia sobre cambio climático se convierta en un “búnker”. Mientras, los gobiernos no parecen ponerse de acuerdo, sobre todo los pertenecientes al G77, entre ellos Brasil y China.