Investigadores del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL) han descubierto que las células de las leucemias y los linfomas (tumores de la sangre y de los ganglios linfáticos) presentan la pérdida de una molécula imprescindible para el funcionamiento del ritmo circadiano de nuestras células: la proteína BMAL1.