Las evidencias fósiles halladas en placodermos, un grupo de peces con mandíbula extintos del género Microbrachius, indican que copulaban a pesar de que muchos de sus descendientes dejaron de hacerlo, según un estudio que publica la revista Nature. Este hecho podría reescribir la historia de las relaciones sexuales en los animales.
La investigación, realizada por un equipo internacional de científicos, sitúa el origen de la cópula interna al comienzo de la evolución de los vertebrados e implica que la fertilización externa en los peces prehistóricos, como el desove libre, pudo haber evolucionado más tarde.
"Fue algo totalmente inesperado", dice John Long, paleontólogo de la Universidad de Flinders, Australia, y autor principal del estudio en referencia al hallazgo. "Los biólogos pensaban que no podía haber una reversión de la fecundación interna a la fertilización externa, pero hemos demostrado que debe haber sucedido de esta manera".
En cualquier caso, el equipo reconoce que se necesitan más pruebas para demostrar que esto no es solo una función especializada de ciertos subgrupos de placodermos.