Los usuarios de todo tipo de dispositivos tecnológicos no son conscientes de las amenazas a su privacidad, y no están tomando las medidas necesarias para protegerla. Ésta es la conclusión de Saadi Lahlou, psicólogo social, en un artículo que publica este mes la revista Social Science Information. La tecnología se ha desarrollado hasta tal punto que pronto permitirá no sólo rastrear los movimientos de un individuo, sino también predecirlos. Así, existe un conjunto de dispositivos de recogida de datos (que incluye teléfonos móviles, páginas de internet o cámaras de vigilancia) que permite buscar, comparar, identificar, y predecir los movimientos, motivaciones y acciones de las personas. Más aun, si se combinan diversos sistemas para rastrear el movimiento, la posición o la actividad (por ejemplo, combinar información de GPS con señales de teléfono) los individuos tienen pocas posibilidades de ocultar su posición o sus acciones.
Esta indefensión contrasta con la preocupación que, según varias encuestas, manifiestan los usuarios de tecnologías de la información y la comunicación por la invasión de su intimidad. Lalouh atribuye esta aparente contradicción a lo que él llama ‘el dilema de la privacidad’: es decir, el hecho de que la interacción social a través de las nuevas tecnologías y redes sociales requiera revelar datos personales.
El investigador concluye que “si queremos salvaguardar la privacidad, debemos limitar los sistemas de rastreo y desarrollar normativas legales”, y finaliza su artículo con varias propuestas para proteger la privacidad de los usuarios.
