Días monótonos sin moverse de la cama, con los pies en alto, sin poder ir a la ducha ni al baño, con pruebas médicas constantes y una estricta dieta. Esta es la dura experiencia que ha superado un equipo de voluntarios de la Agencia Espacial Europea (ESA) durante 21 días con el objetivo de estudiar lo que ocurrirá en los futuros vuelos espaciales.
En la imagen, una prueba con máscaras, que forman parte de un sistema para estimar las necesidades de energía. Se mide la cantidad de oxígeno que se consume y la cantidad de dióxido de carbono exhalado por los voluntarios. Estas medidas permiten a los científicos tener una idea de la relación entre la alimentación, los pulmones y el consumo de energía durante el reposo.
Los datos se necesitan para un experimento en este estudio reposo ESA celebrada en Toulouse, Francia, en cooperación con la agencia espacial francesa, CNES. La Universidad de Bonn está interesado en ver si una dieta rica en proteínas, alto contenido de sal combinada con ejercicio puede combatir la pérdida de hueso y músculo y la insensibilidad a la insulina.