Hace 25 años, un proyecto ecologista consiguió evitar que la gran mariposa azul, o Maculinea arion, desapareciese en el Reino Unido. Ahora, sus responsables publican en Science las claves de la reintroducción de una especie que se había esfumado de las tierras británicas en 1979. Según cuentan Jeremy Thomas, de la Universidad de Oxford, y su equipo, el acierto fue diagnosticar correctamente las razones del declive de la mariposa. En contra de lo se creía, su desaparición no se debía a los coleccionistas de mariposas, sino a la excesiva dependencia de este lepidóptero de una hormiga, Myrmica sabuleti, a la que confía la cría de sus orugas. Cuando el hábitat de la mariposa se llenó de maleza y las temperaturas del suelo bajaron, la hormiga comenzó a desaparecer, lo que tuvo consecuencias dramáticas para la Maculinea. La estrategia de reintroducción se basó, entonces, en restaurar el hábitat para ayudar a las colonias de mariposas a reestablecerse.