Siguiendo el ejemplo del camaleón, los ratones venado que habitan en la pradera de Sand Hills en Nebraska (EE UU) han adaptado los colores de su pelaje para mostrar un tono muy similar al de su polvoriento entorno. Este hallazgo, realizado por científicos de las universidades de Harvard y Berkeley, demuestra que la adaptación de un organismo a un nuevo entorno implica mecanismos genéticos, de desarrollo y evolutivos, y no depende sólo de las variaciones genéticas que existan dentro de la población. Sus resultados se publican en Science.