Investigadores de la Universidad Brigham Young (EEUU) ha conseguido resolver un complicado puzzle paleontológico cuyas piezas eran miles de fragmentos de huesos. El equipo de geólogos dio con una cantera cerca de Moab (Utah) con huesos de dinosaurios, la mayoría fracturados. Tras clasificar una pequeña parte (4.200 huesos) y atribuirlos a 67 dinosaurios individuales que representan ocho especies, los científicos trataron de reconstruir cómo llegaron hasta ahí los huesos y porqué estaban tan destrozados.
La respuesta a la primera pregunta fue medianamente sencilla: la cantera contenía huesos de dinosaurios de todos los tamaños y edades, lo que indica un acontecimiento de muertes masivas. La localización de la cantera cerca de un antiguo lago, apuntó a que una sequía fue la causa de las muertes. Pero lo difícil fue averiguar la causa de las fracturas. Tras examinar el estado de los huesos y el tipo de fracturas, los investigadores llegaron a la conclusión de que se requería de un animal de gran tamaño para poder romper los huesos. Así, el responsable parece ser un dinosaurio sediento de unas 30 toneladas que pisoteó una pila de cadáveres frescos de camino al lago. El estudio se publica en Paleo.