En el Wake Forest Institute ya han logrado imprimir tejido muscular, hueso, una oreja, nariz y estructuras renales. James Yoo, uno de los inventores y propietarios de la patente de esta técnica, explica a SINC que, aunque el objetivo es solventar el problema de la falta de órganos, “es difícil saber cuál será el primero en poderse construir íntegramente con esta técnica”. En la imagen, las estructuras de los prototipos de un riñón, un dedo y una oreja imprimidas por ellos.