Hace tiempo que los científicos sospechan que las aves son el pariente más cercano de los dinosaurios, pero hasta ahora las evidencias se basaban tan sólo en las similitudes morfológicas entre el esqueleto de ambas especies. Un nuevo estudio que se publica esta semana en la revista Science ha aportado nuevas pruebas, esta vez basadas en un análisis molecular. La investigación ha sido pionera en la utilización de datos moleculares para afianzar las pruebas sobre la relación evolutiva entre aves y dinosaurios. Los científicos partieron del análisis de una secuencia de proteína de 68 millones de años extraída del fémur de un Tyrannosaurus rex (en la imagen) y la compararon con 21 especies actuales, para confirmar finalmente que los dinosaurios comparten ascendencia con pollos, avestruces y, en menor medida, caimanes.