La mayoría de las mujeres sometidas a terapias antitumorales pierden su reserva de ovocitos. Un estudio en roedores ha desvelado cómo los fármacos contra el cáncer activan los ovocitos durmientes en los ovarios, y, cuando ya han crecido y madurado, los mata. Los mismos investigadores han identificado un medicamento que evita el proceso.