Un equipo de investigadores británicos y canadienses ha conseguido resolver un enigma astronómico. Los restos de la supernova Casiopea A tienen en su centro una fuente compacta de rayos X, cuya naturaleza ha sido un enigma desde que se descubrió en 1999. Hasta entonces los modelos que se habían utilizado para explicar ese espectro de emisión de rayos X no cuadraban, porque su radio estelar parecía demasiado pequeño para una estrella de neutrones.
En Nature, Wynn Ho, de la Universidad de Southampton, y Craig Heinke, de la Universidad de Alberta, muestran que, en realidad, los restos de la supernova forman una estrella, la estrella de neutrones más joven identificada hasta la fecha. El espectro se explica porque la estrella tiene un campo magnético bajo y una atmósfera de carbono, como consecuencia de la juventud del astro.