La obtención de imágenes en alta resolución de la cara oculta de la Luna, tomadas con la cámara del satélite japonés de exploración Kaguya (Selene), ha permitido descubrir que la actividad volcánica de esa zona podría haber durado más tiempo del que se pensaba. La edad de los mares lunares (planicies oscuras de basalto volcánico) puede determinarse contando el número de cráteres que salpican las superficies volcánicas: cuanto más viejo sea el mar, más cráteres contiene. Al aplicar el método a las imágenes capturadas por Kaguya, el investigador Junichi Haruyama y sus compañeros estiman que la mayor parte de la actividad volcánica en la cara oculta de la luna se detuvo hace 3.000 millones de años. Pero se cree que en otras zonas de la cara oculta los depósitos de los mares tienen 2.500 millones de años, lo que sugiere que los episodios volcánicos pueden haber durado más en algunas áreas. Esta nueva datación de los mares de la cara oculta puede ayudar a los investigadores a reconstruir los orígenes y la evolución de la Luna.