El 30 de octubre de 1910 nació en Orihuela, Alicante, el poeta y dramaturgo Miguel Hernández, autor de versos dedicados a su gran amor: la naturaleza.
Hijo de pastor, fue criado en una familia entregada a la vida en el campo. Pese a sus orígenes, Hernández combina sus tareas rurales con la escritura desde muy pequeño. Por ello, el olor de las flores, el sonido del agua o el canto de los pájaros fueron su mayor inspiración.
En poemas como El rayo que no cesa, dedicado a la muerte de su amigo Ramón Sijé, Hernández utiliza situaciones propias de la naturaleza como el ruido de la lluvia, la dureza de las rocas o el fuego de las hogueras para expresar sus sentimientos de ira y angustia.
Tras finalizar la guerra civil, es detenido en la frontera con Portugal. Las lamentables condiciones de prisión –que tristemente provocaron su fallecimiento por tuberculosis en 1942– inspiraron la que es considerada su mejor obra, Cancionero y romancero de ausencias, que descubre su faceta más íntima durante los duros momentos que pasó encerrado.