Desde 1995 se celebra cada 16 de septiembre el Día Internacional del Ozono, proclamado por la Asamblea General de las Naciones Unidas para conmemorar el día en que se firmó el Protocolo de Montreal, que fue diseñado para proteger la capa de ozono. En las últimas tres décadas los esfuerzos han dado su fruto y, según los científicos, la capa de ozono se está reponiendo y se espera que a mediados del siglo XXI se haya recuperado.
En la lucha por la preservación de la capa de ozono –una capa frágil de gas que protege a la Tierra de la parte nociva de los rayos solares–, el Protocolo firmado en Montreal ha contribuido además a la mitigación del cambio climático, al evitar la emisión a la atmósfera de más de 135.000 millones de toneladas de equivalente de dióxido de carbono.
De este modo, la eliminación de los usos controlados de sustancias que agotan el ozono y las reducciones conexas no solo han ayudado a proteger la capa de ozono, sino que también han contribuido enormemente a las iniciativas mundiales dirigidas a hacer frente al cambio climático. Para los expertos, estas acciones también han permitido proteger la salud humana y los ecosistemas reduciendo la radiación ultravioleta dañina que llega a la Tierra.
Por esta razón, el tema de este año para la celebración del Día Internacional del Ozono es “El ozono y el clima, recuperados por un mundo unido”, en el que se unen los esfuerzos en la lucha contra el cambio climático y la protección de la capa de ozono.