Científicos granadinos estudian en una estación de Sierra Nevada las alteraciones electromagnéticas producidas en los rayos, para aprender a determinar si han sido ocasionadas por la actividad sísmica previa a un terremoto. Esta investigación sería la clave para poder anticipar con una antelación de 2 a 3 semanas, dónde y cuándo va a producirse un seísmo. Su propósito final es establecer un sistema de alerta fiable que permita salvar vidas humanas.