Trabajan entre cenizas y escombros buscando las pruebas que les lleven a determinar si un incendio ha sido intencionado o fortuito. Forman parte de la Unidad Especializada en Investigación de Incendios de la Policía Científica. Toman nota de dónde están los focos del fuego, las acumulaciones de humo y si existe alguna sustancia que intencionadamente se ha usado para provocar las llamas. Son pioneros en Europa en el trabajo con perros adiestrados para buscar lo que se conoce como acelerante del fuego; el más común, la gasolina. Y esas muestras se analizan en el laboratorio donde comprueban qué tipo de sustancia hizo que se originara el fuego.En los últimos años han elaborado informes clave para la resolución de casos como el del incendio que arrasó el Palacio de Deportes de Madrid. En lo que va de año ya han participado en más de 800 investigaciones.