La bollería industrial, las golosinas y los refrescos que no cumplan unos requisitos nutricionales mínimos tienen los días contados en los colegios. El Gobierno ha dado luz verde al proyecto de Ley de seguridad alimentaria y nutrición, cuyo principal objetivo es luchar contra la obesidad infantil.Los alimentos y bebidas que se vendan en las cafeterías y las máquinas expendedoras de los centros escolares tendrán un contenido calórico limitado, fijado en principio en menos de 200 calorías. También se reducirá el contenido en sal y, sobretodo, en grasas industriales. Uno de cada cuatro niños españoles tiene sobrepeso. El problema no es menor porque la obesidad se ha convertido en la segunda causa de muerte después del tabaco.El texto también prevé prohibir la publicidad sobre este tipo de productos entre los alumnos de secundaria. Además la futura ley perseguirá la discriminación por obesidad.