La ingesta de tres porciones al día de productos lácteos sin desnatar, como yogur, queso y leche, se asocia con índices más bajos de dolencias cardiovasculares y mortalidad, según un estudio observacional global llevado a cabo con más de 130.000 personas en 21 países.
El grupo de Salvador Aznar ha recibido 2,5 millones de euros del Consejo Europeo de Investigación para continuar sus impactantes investigaciones. Hace poco más de un año descubrieron las células responsables de las metástasis del cáncer y su punto flaco: son adictas a las grasas, especialmente al ácido palmítico.
La práctica del feeding–dar alimentos a los animales salvajes para atraerlos– está alterando el comportamiento y los hábitos alimentarios de la tortuga verde en Canarias. Así se desprende de un estudio publicado en la revista Science of the Total Environmentpor un equipo en el que participa Lluís Cardona, de la Facultad de Biología y del Instituto de Investigación de la Biodiversidad de la Universidad de Barcelona (IRBio).
Hasta el 90% de las muertes por cáncer se deben a las metástasis, pero no hay tratamientos contra ellas. Ahora, un estudio ha identificado las células que las inician en varios tipos de tumores. Para su sorpresa, los investigadores han visto que las implicadas dependen de grasas como los aceites de palma o de coco, presentes en las comidas procesadas.
Un fallo en las mitocondrias, las fábricas de energía celular, produce miocardiopatía dilatada, una enfermedad frecuente en humanos donde el corazón sufre una dilatación importante y pierde fuerza de contracción.
Si comiéramos cada día carne y grasas poliinsaturadas seguramente tendríamos problemas cardiovasculares. Sin embargo, los nativos groenlandeses, conocidos como inuit y que incluyen en su dieta altos niveles de ácidos grasos omega 3, sí pueden permitírselo. Un nuevo estudio demuestra que estas poblaciones presentan mutaciones genéticas únicas que las protegen del consumo excesivo de grasa.
Las dietas con las que se pretende bajar de peso, a menudo, recomiendan la restricción del consumo de hidratos de carbono. Esto se explica porque al consumir pocos carbohidratos se reduce la producción de insulina y se aumenta la quema de lípidos. Sin embargo, un equipo internacional de científicos ha publicado un estudio en el que demuestran que la dieta baja en grasas provoca una mayor pérdida de grasa corporal que las dietas en las que se consumen pocos hidratos.
Uno de los enigmas de la medicina es la paradoja francesa. ¿Por qué los galos, a pesar de comer más grasas poco saludables, tienen uno de los menores riesgos cardiovasculares del mundo? La solución parece estar en el consumo moderado y frecuente de vino, pero hay quien duda de ello y alerta de los peligros del alcohol. Mientras, los laboratorios intentan reproducir sus efectos con pastillas basadas en uno de sus componentes: el resveratrol.
Médicos y nutricionistas alertan desde hace tiempo sobre lo perjudicial que puede resultar para la salud una dieta rica en grasas. Ahora, un estudio de investigadores estadounidenses es el primero en probar cómo estos alimentos son capaces de modificar el proceso en que los músculos del cuerpo procesan los nutrientes en un corto periodo de tiempo.
Tras haber participado en el estudio que ha sacudido las recomendaciones dietéticas internacionales para la prevención de la enfermedad cardiovascular, Jordi Salas Salvadó no se conforma. El catedrático de la Universitat Rovira i Virgili, investigador principal del CIBERobn y reciente Premio Dupont de la Ciencia, impulsa y coordina un trabajo orientado a descubrir el efecto de la pérdida de peso y el ejercicio físico en la prevención de las patologías del sistema circulatorio.