El Planetsolar, la embarcación solar más grande del mundo, amarró ayer a la orilla del Sena como colofón de su segunda misión, en la que recorrió las aguas del Atlántico para estudiar parámetros clave de la regulación del clima. Tras haberse convertido en 2012 en el primer catamarán alimentado sólo por energía solar capaz de dar la vuelta al mundo, entre junio y agosto pasados recorrió más de 8.000 kilómetros para efectuar un estudio científico. Al no tener la nave ningún tipo de emisión contaminante la hace óptima para las mediciones de "aerosoles atmosféricos y fitoplancton", señaló el director de la expedición científica, Marin Beniston, que subrayó que el barco "es la demostración de que se pueden hacer muchas cosas evitando los combustibles fósiles".