El desplazamiento del anticiclón de las Azores hacia el este, junto a su intensificación y su alongamiento a partir de la década de los años 80, ha hecho que en invierno se duplique la intensidad y la frecuencia de calima o polvo del desierto en la zona subtropical oriental del Atlántico norte, en la que está Canarias, dentro de la capa de mezcla marina.