Hace tres décadas, los científicos españoles comenzaron a adentrase en la Antártida, apoyados por Chile y Argentina. Hoy, situada como uno de los países situados a la vanguardia de la ciencia polar, se apresta para llevar a cabo el relevo generacional de sus equipos.
“El reto de España es darle continuidad, más que en infraestructuras, a la dinamización de los nuevos investigadores para que formen parte de los equipos y rejuvenezcan las plantillas”, declara Miguel Ramos, geólogo de la Universidad de Alcalá de Henares y participante de la trigésima campaña antártica española. En ella participan unas 200 personas, 40 de ellas investigadores.
La Antártida registró el año pasado su mayor temperatura en la historia reciente, y según la investigadora Susana Fernández, cualquier variación puede servir como un indicador válido para todo el planeta.