La cumbre de Durban (Sudáfrica) (COP17) salvó hoy los muebles y alcanzó in extremis un acuerdo sobre cambio climático que fija la hoja de ruta para un pacto global sobre recorte de emisiones, aunque postergó las medidas necesarias para combatir el calentamiento del planeta. El acuerdo se produjo tras maratonianas negociaciones que prolongaron la conferencia en 36 horas y fue recibido con alivio después de que las diferencias entre la Unión Europea (UE), EEUU, China y la India estuvieran a punto de hacer descarrilar el proceso. "Este es un momento histórico", declaró en una rueda de prensa el ministro polaco de medioambiente, Macin Korolec, cuyo país ocupa la presidencia semestral de la UE, con gesto cansado después de horas de conversaciones. La UE, respaldada por una coalición de los Países Menos Desarrollados y de la Asociación de pequeños Estados Isleños (AOSIS) logró imponer su órdago a las potencias emergentes y a EEUU para alcanzar un acuerdo global que incluye a los principales emisores.