La receta y el proceso de elaboración del azul maya, un pigmento muy resistente que se usó durante siglos en Mesoamérica, se han perdido. Se sabe que sus ingredientes son un colorante vegetal, el índigo, y una arcilla, la paligorskita, pero los científicos desconocen cómo se ‘cocinaban’. Ahora un equipo de químicos de las universidades de Valencia y Politécnica de Valencia plantea nuevas hipótesis sobre su preparación.