Mi vida por un trasplante

Mi vida por un trasplante

Los médicos le dieron dos días de vida y decidió morir en su casa pero una llamada en el último momento lo cambió todo: acababan de encontrar un hígado compatible. Hoy Carlos tiene 54 años y asegura que ha vuelto a nacer. Gracias a un trasplante Alba recuperó sus manos, Diego, sus brazos y varios pacientes en todo el mundo disfrutan ya de un nuevo rostro. Detrás de historias como éstas hay profesionales como Purificación, vive pegada al teléfono: trabaja en el corazón de toda la maquinaria de donaciones de la Comunidad Valenciana. Los sanitarios trabajan contra el cronómetro porque cada órgano tiene un tiempo máximo de vida desde que se extrae hasta que se trasplanta. La solidaridad de ciudadanos anónimos es el motor de todo el engranaje. Los trasplantes obligan a los pacientes a medicarse durante años. El apoyo psicológico es fundamental para que los trasplantados acepten sin rechazo su nueva vida.

Fuente: ATLAS
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