Sandy, con vientos de 140 kilómetros por hora, provocó ayer consecuencias devastadoras a su paso por la costa este de Estados Unidos. Al menos 38 personas fallecieron, la mayoría por la caída de árboles en sus viviendas o automóviles, y ocho millones de personas se quedaron sin electricidad en los estados de Nueva York, Delaware, Maryland, Massachusetts, Nuevo Hampshire, Nueva Jersey, Carolina del Norte, Pensilvania, Rhode Island y Virginia.