Científicos del Instituto de Ciencias Materiales de Sevilla en colaboración de la Universidad de Málaga han obtenido plástico completamente biodegradable a partir de la piel del tomate. Sería un sustituto sostenible del material de las actuales bolsas que se encuentran en los supermercados hechas con maíz o patata, al estar hecho de los residuos de la industria del tomate y no de alimentos. Actualmente se están probando distintos aditivos que alargarían o acortarían la vida útil de este plástico. Esto daría un valor añadido al envase fabricado con este material, ya que su caducidad podría ir ligada a la del producto. Este plástico estará en el mercado en dos años.