Esta semana se han cumplido tres años desde que China anunció su primera muerte por covid-19 y a día de hoy aún persisten las dudas sobre si Pekín comparte datos reales sobre el alcance de la actual ola de contagios que atraviesa el país, tras su decisión de gestionar la enfermedad de manera más laxa.
El 11 de enero de 2020, China informó de la muerte de un hombre de 61 años que frecuentaba el mercado de la ciudad de Wuhan, donde se comenzó a transmitir el patógeno. Diez días después, el Gobierno chino reconoció por primera vez que la entonces conocida como "neumonía de Wuhan" podía transmitirse entre humanos, el mismo día en que el presidente chino, Xi Jinping, exigía "determinación" para contener el coronavirus.