Las moscas son uno de los animales voladores más ágiles de la naturaleza. Imitar su destreza en un robot a escala requiere soluciones no convencionales a problemas como la propulsión. Investigadores de la Universidad de Harvard han construido el primer robot de estas características, de 80 miligramos, el tamaño de un insecto, y alas que copian el vuelo de las moscas. Para ello han tenido que desarrollar nuevos sistemas aplicables a tan pequeña escala.