Los cristales líquidos revolucionaron la tecnología en su día al utilizarse para la comercialización de pantallas LCD. Lejos de ser ese su último uso, un equipo internacional de investigadores con participación de la Universidad Complutense de Madrid ha desarrollado una nueva aplicación aprovechando su comportamiento luminiscente que puede ser usado en sanidad, alimentación, industria o ciberseguridad.
Investigadores españoles han analizado la disponibilidad y accesibilidad de productos no saludables alrededor de los centros escolares de Madrid. Los resultados revelan que el 95 % tienen en sus alrededores establecimientos que venden estos artículos. El problema es mayor en los barrios más pobres.